Que mira las tempestades y nunca se conmueve; Es la fortuna de cada barca errante, cuyo valía se desconoce, aunque se tome su altura ".Allí donde no hay confianza en Jehová, no habrá permanencia de contacto con Altísimo. Cuando el derrota de la Certeza deja de hinchar las velas, el barco de la obediencia deja de surcar los mares. Wm. Secker7In